1- Desayuno en Castillo de Piedra
El desayuno, o al menos solo un café, es una excusa para recorrer y admirar esta construcción emblemática de Tafí del Valle, que comenzó a levantarse en 1964 y que guarda historias de dos familias y de varias generaciones. El hotel boutique fue restaurado y refaccionado esta temporada y está plagado de rincones encantadores que convierten la visita en toda una experiencia. El desayuno se compone de infusiones, fiambres, dulces artesanales y frutas cosechadas en el instante de los árboles del lugar. Eventualmente ofrecen otras propuestas gastronómicas especiales, con cocineros invitados, pero lo corriente son los desayunos, el café y el té de la tarde. En una pequeña caminata se puede bajar hasta el río La Banda. Su host, Inés, está siempre dispuesta a contar la historia del lugar y orientar al huésped para que disfrute de las instalaciones al máximo. Se recomienda ir con reserva previa.
2- Visita Estancia Las Carreras
Es uno de los cascos de estancia más antiguos del valle que continúa en su actividad productiva en pleno, siendo el principal fabricante de quesos que se producen con la propia leche de sus campos. La visita vale la pena porque se trata de un viaje a los tiempos de los jesuitas, que se instalaron en la zona para poner en marcha ese aparato; y si bien las formas de producción han cambiado y son ahora más industriales, la estancia está sembrada de vestigios de aquella época, con herramientas y dispositivos que se usaban en 1779, cuando fue fundada. Los paisajes del lugar son cautivantes, y se mezclan con los perfumes del campo y de los corrales. En el lugar se puede tomar un café, almorzar, hacer cabalgatas, bajar al río o simplemente contemplar y sentir que los relojes se han detenido.
3- Un locro en El Museo
Es difícil encontrar el mejor locro de Tafí del Valle. Primero porque dependerá de los gustos de cada uno y segundo porque no son muchos los lugares donde lo sirvan de una manera que se pueda recomendar con los ojos cerrados. El Museo es uno de ellos, una especie de bodegón criollo con mesones y bancos de madera en un patio de tierra. Una experiencia de simpleza máxima, atendida 100% por las familias locales que lo gestionan. La carta incluye únicamente las comidas regionales y un menú fijo que varía todos los días. Un emblema del lugar son las empanadas de pejerey pescado en La Angostura. El locro es más bien liviano, con granos, carne y mondongo. Ni chorizo colorado, ni tripa ni patas de cerdo que, al entender de la dueña, Liliana Pastrana, son agregados que se alejan de la receta tradicional. Consejo: ir muy temprano, a las 12 del mediodía, si se quiere tener todas las opciones disponibles porque las cantidades son acotadas. huésped para que disfrute de las instalaciones al máximo. Se recomienda ir con reserva previa.
4- Picnic en el río Las Carreras
Para alejarse de la villa y encontrar paz, verde y amplios espacios para armar el picnic, una de las mejores opciones es pasar el día en el río Las Carreras, uno de los troncales de Tafí del Valle. Yendo por la ruta 325, pasando la entrada de La Ovejería, un camino de tierra baja hasta el río. En los primeros tramos vas a encontrar mucha gente y familias que van a pasar el día. Pero caminando unos kilómetros río arriba se encuentra la paz y el silencio, en compañía de los animales que van a pastar y a beber agua del río. Una experiencia de conexión con la naturaleza, para ir en soledad o compartir con alguien. Hay que llevar todo lo necesario, sobre todo agua, porque no hay nada cerca para hacer compras. Tener en cuenta que alrededor de las 16.30 ya deja de llegar el sol porque lo tapan los cerros. Es un curso de agua tranquilo, sin demasiados sobresaltos ni piedra
5- Trekking: cascada Los Alisos
Es una de las travesías que no puede dejar de hacerse en el valle. Comienza en vehículo hasta Las Carreras, a unos 20 km de la villa, y luego a pie por senderos para ascender desde los 2.100 hasta los 3.300 m.s.n.m. Son unas tres horas de caminata a buen ritmo y se recomienda hacerla con guías o personas que conozcan el camino. Al final, se encuentra un imponente y enérgico salto de agua donde los visitantes pueden refrescarse antes de emprender la vuelta. Es importante ir a la mañana temprano y tener en cuenta la previsión del clima.
6- Museo Experiencia (estancia Los Cuartos)
La gran propuesta cultural de esta temporada ha sido la visita audiovisual y sensorial a la estancia Los Cuartos. Se trata de un recorrido por el tiempo y por el espacio de uno de los cascos de estancia que han visto buena parte de la historia del valle de Tafí. El guión, realizado por la propietaria del lugar y escritora Mercedes Chenaut (fallecida el año pasado), conduce a las visitas por los orígenes de la población del valle hasta la instalación de las familias que lo convirtieron en un polo productivo. La historia y las tradiciones se mezclan con los recuerdos de la familia, en un museo vivo que se puede ver, tocar y oler
7- Empanadas y vino en El Puesto
Entre las empanadas más aplaudidas de Tafí del Valle están las de El Puesto, de Valeria Kraus y Jerónimo Critto. Pero más allá de las empanadas, en este sitio histórico del valle, con una de las construcciones más antiguas de la zona, los anfitriones ofrecen un auténtico almuerzo de campo, bajo la sombra de los árboles y con una vista imponente del paisaje. Empanadas a la leña, vino y cerveza. No mucho más, a menos que se pida con tiempo un menú especial. Es como ir a comer a la casa de amigos, en un ambiente familiar y distendido.
Bonus track: un Aperol al atardecer
Para los enamorados del final de la tarde, la nueva galería comercial KM 60 ha sido uno de los puntos de encuentro del verano. El Aperol Spritz, con sus burbujas y su color rojo intenso, ha sido una de las bebidas más elegidas para este momento en el que el sol se esconde lentamente detrás de las montañas. Postales que cambian todos los días, según el clima, pero siempre cautivantes.